En el municipio cacereño de Cilleros, situado en la comarca de Sierra de Gata, nos podemos encontrar con una enorme mansión palaciega del siglo XIX, de estilo neoclásico es uno de los inmuebles más característicos de la localidad. Este palacio, de fachada encalada y enlucida, se estructura en 3 plantas y posee casi 2000 metros construidos ocupando toda una manzana en el centro de la población, la podemos encontrar en la calle Santo, junto detrás del Ayuntamiento. Pero el edificio no es célebre por su arquitectura sino más bien por la historia que marca su origen.
Su construcción data de 1863 y cuenta la leyenda que fue construida por amor:
Un joven cillerano se enamora perdidamente de una muchacha del vecino pueblo de San Martín de Trevejo, ella además de por su belleza destaca también por su hermosa voz. Cierto día el joven decide pedirle la mano a su padre, pero al progenitor de ésta le pareció insuficiente la casa en la que vivía el pretendiente y pensando que su hija merecería algo mejor le deniega la mano hasta que el joven pueda levantar un jaulón (mansión) a la altura de su pajarillo. El joven invirtió todo su dinero y comenzaron las obras de la casa, fue diseñada para que tuviera tantas puertas y ventanas como días tiene el año. Pero el joven se arruina en su intento de complacer a su futura familia política. Enterada la muchacha de la bancarrota de su pretendiente, lo abandona buscándose un mejor partido. Cuentan que él pasó los últimos días de su vida pidiendo limosna en Madrid.
En un principio el inmueble fue conocido como la Casa Nueva, aunque ha perdurado en el tiempo como la Casa Grande o Palacio de los Bacas, este último apelativo debido a que fue la familia Bacas la que compró la casa. Actualmente el edifico se encuentra dividido en tres viviendas, propiedad de sus herederos.
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