En una capilla situada a la izquierda del retablo mayor de la Catedral Nueva de Plasencia nos encontramos con el Retablo-Sepulcro del Tránsito o de la Asunción, un auténtico mausoleo de la Asunción de la Virgen a los cielos. En él podemos observar durante 9 días al año la representación de la “Dormición de María”. Pocas tallas existen en España de vírgenes yacentes, la representación de la muerte de la Virgen es algo infrecuente en la iconografía cristiana al no estar ratificada por los textos oficiales de la Iglesia, y es que su origen está en los evangelios apócrifos asuncionistas. Posteriormente “La Leyenda Dorada” (relatos de vidas de santos reunidos por el dominico Santiago de la Vorágine, arzobispo de Génova) se encargó de popularizarla a mediados del XIII.
Poca información tenemos sobre la procedencia de la talla, se cree que fue realizada en la ciudad de Salamanca, en lo que coinciden todas las leyendas es en que llegaría a Plasencia desde algún pueblo diocesano salmantino hacia 1588.
Virgen del Tránsito en Plasencia. Imagen cedida por http://www.catedralesdeplasencia.org/web/
La imagen es de estilo renacentista, se muestra vestida amortajada “en el trance mismo de la muerte” mostrando solamente el rostro, las manos orantes y los pies, el resto del cuerpo se encuentra cubierto por un largo vestido de terciopelo color rosa bordado en hilos de oro que le regaló durante una visita a la ciudad en el siglo XIX Isabel II “la Reina Castiza”. La talla es adornada con una cruz pectoral regalo de un prelado, una corona de flores dorada, una curiosa mariposa, las joyas donadas por los devotos y anillos de varios obispos. Son significativas sus sandalias delicadamente bordadas.
A la talla, inicialmente se la rindió culto en un pequeño altar, pero la gran devoción popular que despertó llevó al Cabildo a encargar al taller de los Churriguera un retablo-sepulcro en 1724. Fue realizada por los hermanos José, Joaquín y Alberto y está fechado en el primer cuarto del siglo XVIII.
Retablo-sepulcro del Tránsito o de la Asunción
La talla se localizada en un acristalado sarcófago barroco de madera chapeada de concha con incrustaciones y roleos de bronce dorados, y su techo esta por dentro incrustado de plata labrada. Fue costeada por el obispo Bartolomé de Ocampo en 1701 probablemente por el mal estado en que debía encontrarse la urna precesora.
A los pies de la virgen se encuentran enterrados varios de los más ilustres obispos de la diócesis.
Varias son las menciones al retablo y a la imagen de las que dejan constancia notables personalidades a su paso por Plasencia:
Antonio Ponz, en el tomo VII de “Viage de España” en el siglo XVIII referencia el retablo como:
“Los dos altares grandes colaterales a la capilla mayor, son dos costosos promontorios de mala talla, que no debían estar en esta iglesia. En el del lado de la epístola se venera la Imagen de nuestra señora del Tránsito, puesta sobre una cama, que según noté, se hace tan gran misterio en descubrirla como si fuera el Santísimo y se me enseñó por gran fineza.”
Posteriormente Pascual Madoz también la visitó en la catedral y relata en “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar” (1845-1850) lo siguiente:
“En la nave colateral de la derecha a la entrada de la sacristía se halla una buena efigie de la Asunción de Nuestra Señora, que solo se descubre la víspera del 15 de agosto, día de su festividad, y para sacarla en procesión se necesita que circunstancias grandes y extraordinarias lo reclamen”
Urna con la Virgen del Tránsito en su interior
El escritor placentino José Sendín en 'Las Catedrales. Plasencia' nos cuenta como es el altar más misterioso del templo, el que acapara más historia y alrededor del cual giran una serie de llamativos sucesos. José María Barrio nos narra en 1851 en “Apuntes para la Historia General de la M.N. y M.L. Ciudad de Plasencia” lo siguiente:
El 9 de mayo de 1795 uno de los cuerpos mas elevados del Retablo de la Asunción se desplomó durante la celebración de una Eucaristía. El suceso transcurre de la siguiente manera: durante la misa, el monaguillo oyó rechinar el retablo y avisó al sacerdote que haciendo caso omiso de las advertencias recibió sobre su cuerpo todo el peso de la mole desprendida causándole la muerte al instante, el monaguillo pudo librarse refugiándose en la sacristía, cuya puerta se encuentra justo al lado. Nunca más se volvió a reconstruir dicha parte, y es por esta razón que hoy parece desproporcionado con respecto al hueco de la capilla y que las imágenes de los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana parezcan de proporción descompensada. Se cree que debió desprenderse debido a la escasa calidad de los elementos empleados en su construcción.
Respecto a esta talla, a día de hoy continua la costumbre medieval de mantenerla oculta a los ojos del público la mayor parte del año y exponerla en momentos puntuales. Cada año, el día 6 de agosto, con motivo de la celebración de la novena a la Santísima Virgen María en el Misterio de su Asunción, un complejo sistema de poleas y cuerdas instalado en el retablo eleva desde el sepulcro el cuerpo inerte amortajado. La imagen mariana se mantiene expuesta hasta el día 14 de agosto que tras la misa de 12:00h vuelve a ocultarse y se procede al cierre del sepulcro.
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