El muerto viviente

Una fría noche de invierno en Baterno dos amigos se quedaron velando un muerto, era tanto el frío que hacía que uno de ellos decidió salir en busca de una botella de vino.

El otro, mientras su amigo volvía y para combatir el frío se metió en el ataúd.

Al llegar el hombre que había ido a buscar el vino vio como su amigo se levantaba del ataúd, creyendo que era el muerto y presa del pánico huyó despavorido.

El hombre acabó falleciendo posteriormente del susto.

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