En el año 1979 del pasado siglo XX, un misterioso personaje mantuvo en vilo a la pequeña localidad de Barcarrota.
Todo comenzó una mañana, tras una noche de luna llena, cuando un carro de labor amaneció destrozado con un hacha, al lado una extraña nota parecía reclamar la autoría:
En un papel habían dibujado la rueda de un carro, una luna menguante y la palabra COYOTE junto al número 1.
Aquel mismo día se denunciaron los hechos ante los cuerpos de seguridad y la Guardia Civil abrió una investigación. Mientras tanto, las noches de luna llena los sucesos se continuaban repitiendo. En los siguientes casos los carros de madera no siempre eran despedazados con un hacha si no que más bien eran quemados, al lado de cada uno siempre aparecía la nota que reivindicaba el acto.
Cierto día, cuentan que amenazó al dueño de una nave para posteriormente incendiarla con un carro dentro, de la misma forma en el entorno de la ermita de San Benito todos los carros quedaron calcinados.
La Benemérita por más que tomó declaración a varios sospechosos e investigo durante un buen periodo de tiempo jamás pudo averiguar la identidad o el paradero de este vándalo.
Destacan de este enigmático personaje su sagacidad y “comportamiento lobuno” a la hora de actuar, era muy hábil, se movía con gran destreza y era un perfecto conocedor del municipio. Tras descargar toda su furia sobre los carros de madera dejaba su marca al más puro estilo de El Zorro: una nota en la que aparecían dibujadas la rueda de un carro, una luna menguante y la palabra COYOTE junto al número de carros destruidos, eran sus señas de identidad. Había nacido un personaje… “El Coyote de Barcarrota”.
Varias teorías existen sobre quien fue este misterioso personaje y que motivos le impulsaron a realizar tales actos:
- Para unos fue una persona de la localidad que probablemente movido por motivos políticos o viejas rencillas personales quiso buscar venganza.
- Para otros fue uno de los últimos casos de licantropía que se desarrollaron en Extremadura, y es que probablemente presentara algún tipo de problema psicológico o trastorno mental que le hacía creerse un lobo o coyote y actuar como tal.
- Finalmente, otros ven en él un ejemplo claro de “rabisome”, y al convertirse en burro toma gran animadversión al carro y lo destroza.
Durante el periodo que actuó, termino con la mayoría de los carros de labor que había en la localidad.
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