Las primeras obras de construcción de la Presa y Canal de Montijo comenzaron en 1932 durante la II República, con la aprobación del proyecto de Planes de Regadío. Tras el golpe de estado en 1936 y el comienzo de la Guerra Civil se paralizaron las obras y no se reanudaron hasta 1941, ya durante el régimen franquista.
Al término de la Guerra Civil, el 8 de septiembre de 1939 el gobierno franquista creó mediante Ley el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas. Estos centros surgen principalmente con el objetivo de usar mano de obra barata (los presos políticos del momento) para la construcción de canales y presas. Los presos estaban formados básicamente por ex-combatientes republicanos del Ejército Popular, las Fuerzas aéreas y la Marina de guerra, disidentes políticos, homosexuales y hasta presos comunes. Estas colonias desmilitarizadas fueron unos campos de concentración destinados a la realización de trabajos forzados con estos presos.
Entre 1939 y 1942 se llegaron a crear hasta 6 colonias penitenciarias, una de ellas, la 2ª Agrupación, lo fue en el Canal de Montijo, donde se ubicaron las Colonias Penitenciarias.
1ª y 6ª Agrupación trabajaron a 8 kilómetros de Sevilla, en el canal del Bajo Guadalquivir, con campamento en Los Merinales.
La 2ª Agrupación en el Canal de Montijo (Badajoz).
La 3ª, en el canal del Bajo Alberche.
La 4ª estuvo destinada en la Real Acequia del Jarama.
La 5ª se destinó a la construcción de la Academia de Infantería de Toledo.
La Colonia Penitenciaria Militarizada de Montijo contaba con varios centros de trabajo repartidos a lo largo de todo el canal. Por un lado se encontraba el campamento principal con sede en Montijo y por otro varios pabellones como el de Lácara (frente a Torremayor) o el de la Garrovilla. El campamento principal se construyó a las afuera de Montijo, en un lugar conocido como la Majadilla, una finca que en 1939 fue adquirida por el Servicio Central de las Colonias, los terrenos tenían una extensión de unos 35.000 metros cuadrados y costaron en su momento 20.500 pesetas. Los presos, junto a obreros libres contratados, llevaron a cabo la construcción del Canal de Montijo y de la presa del mismo nombre. Podemos decir que las obras realizadas por la segunda agrupación de estas colonias penitenciarias sirvieron como germen del conocido como Plan Badajoz que comenzó en 1952.
Originalmente el campamento principal de esta colonia estaba formado por varios barracones que daban cobijo a los presos, un edificio de intendencia, el cuartel militar, un puesto para los funcionarios de prisiones, hubo incluso una capilla, almacenes, un economato, un pabellón de cocina, una panadería, y hasta una vaquería, un taller mecánico y un parque de ingenieros. Los barracones se presentaban en torno a una plaza central, su interior estaba repleto de literas de tres pisos y poseían un tejado de uralita, elemento que no protegía del excesivo calor que azota a las Vegas Bajas en verano. Todo el recinto se encontraba rodeado en su perímetro por alambre de espino y desde varias garitas colocadas estratégicamente controlando a los presos.
En total, llegaron a trabajar unos 1.470 presos republicanos en esta Segunda Agrupación de Colonias Militarizadas en Montijo, de los que hay constancia documental, con nombres y apellidos, en los Archivos públicos. A la Segunda Agrupación de Colonias Militarizadas en Montijo acudieron prisioneros de casi toda España: los prisiones más numerosos fueron los andaluces unos 427 (29,5 %), seguidos de los extremeños que eran unos 281 (19,4 %), detrás se encontraban los castellano manchegos unos 190 (13,1 %) y los catalanes eran unos 178 prisioneros (12,4 %). [Fuente: Archivo del Centro Penitenciario de Badajoz]
Los presos vivían en condiciones de desarraigo, lejos de sus lugares de residencia y en condiciones infrahumanas. Los trabajos que realizaban eran muy duros, debido a la falta de instrumentos técnicos y vivían en unas terribles condiciones de precariedad. Por cada día de trabajo le rebajaban la pena de tres, además se les pagaba 2,34 pesetas diarias para que pudieran mantener a sus familias, a los que eran conflictivos se les devolvía al penal o se les fusilaba. A pesar de encontrarse sometidos a una férrea disciplina militar, y a una continua vigilancia se llegando a organizar cédulas del PCE, estas agrupaciones estaban compuestas por tres personas, y tan solo uno de ellos conocía a otro de otra cedula, con el fin de que si descubrían a alguno solo descubrieran como máximo a esos tres.
Estuvieron realizando trabajos forzados en una situación de esclavitud hasta 1946, cuando debido a presiones internacionales el régimen franquista se vio obligado a ponerlos en libertad. Muchos de ellos se casaron con jóvenes de la zona quedándose a vivir en pueblos limítrofes y trabajando como obreros libres, otros volvieron a sus lugares de origen o emigraron a las grandes ciudades.
Hubo varias fugas en el centro, una de las más sonadas fue la del preso Pedro María Quintana Gragera, conocido como “El Torero” que estaba enamorado de la montijana Alejandra Molina. Tras su fuga, el Torero fue capturado y fusilado y Alejandra tuvo que emigrar a México con sus hijas. Una de ellas, Elvira Quintana alcanzó el éxito en el cine mexicano, siendo una famosa actriz, además de una reconocida cantante de boleros y rancheras.
Actualmente, a pesar de ser las instalaciones de este tipo mejor conservadas de toda España, solo quedan en pie la que fuera la Casa del Comandante del campo y algunos barracones. Los barracones son hoy por hoy usados como explotación agropecuaria y la casa del comandante es una vivienda en la que actualmente habita una familia. Hace ya años desaparecieron el resto de edificios como el resto de barracones, la capilla y una dependencia con aspecto de castillete que parecía ser usada para controlar el barracón de presos, todo se haya sin la más mínima protección.
La ARMHEX (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura), tiene presentado un escrito ante la Junta de Extremadura, solicitando que se declare bien de interés cultural, con la categoría de sitio histórico a los restos y lugar donde se ubicaban las colonias penitenciarias de Montijo. Todo ello, al amparo de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y de su artículo 6. 1º. d), en su acepción de sitio histórico.
1 Comentarios
Menudo artículo más sesgado, falsario y subjetivo. Todos los adjetivos de trabajos "forzados", "condiciones infrahumanas", situación de "esclavitud", "terribles condiciones de precariedad" no están respaldados por pruebas ni datos, más bien se contradicen con el resto del texto, donde decís que en los campos "hubo incluso una capilla, almacenes, un economato, un pabellón de cocina, una panadería, y hasta una vaquería, un taller mecánico y un parque de ingenieros". "Además se les pagaba 2,34 pesetas diarias para que pudieran mantener a sus familias". Pues entonces no serían unas condiciones tan infrahumanas, ¿no?? Dejad ya de mentir y de dar fake news, ¡basta ya!!