El Manuscrito Perdido de Villafranca

Cuando hablamos del Manuscrito Perdido de Villafranca estamos hablando realmente del primer “Expediente X español”.


Dos sucesos paranormales muy cercanos en el tiempo suceden en Villafranca de los Barros (Badajoz) en el siglo XVII: una niña endemoniada y campanas que doblan solas, todo relacionado con la Casa de los Austrias


 En 1999, Pilar Casado, archivera del Archivo Histórico de Badajoz se encontraba en el Ayuntamiento de Villafranca de los Barros catalogando los documentos que el consistorio tenía abandonados en sus dependencias. Estando gestionando los expedientes, de pronto se encontró uno que le llamó poderosamente la atención, tenía una anotación: “Fenómenos Paranormales”
Dentro de la carpeta encontró dos voluminosos expedientes judiciales de unas 20 páginas, que narraban los siguientes hechos:


“D. José de Rivera Padua, en el auto proveído por la justicia dixo:


El sábado pasado que se contaron doce días del mes de septiembre desde presente año, entre siete y ocho de la noche, estando este testigo en las casas de su morada, en una sala donde tiene su estudio, en compañía de María Batista, su prima, viuda de Rodrigo de Sequera, la cual tenía una hija suya de edad de cuatro meses poco más o menos, en sus brazos, la cual estada echadita sobre un bufete reclinada en el brazo de su madre. Y este testigo quiso salir de casa y yendo a tomar su capa miró a la dicha niña que llaman Antonia, la cual con violencia comenzó a levantar los brazos y las piernas poniéndosele la cara muy roja, y este testigo escuchó juzgó que le daba algún accidente a la dicha niña, levantando la cabeza del brazo de su madre comenzó y dijo en voces altas y claras: DOMUS, AUSTRIACA, CONTERET, CAPUT, TUUM, y cuando la niña comenzó a decir las palabras en tono bajo y acabó en tono alto, con mucha fuerza y violencia, mostrando en sí grande alegría sobrenatural y gozo. Y a este tiempo, la dicha doña María Batista, madre de la dicha niña dijo: “El buen Jesús Dios nos quiere castigar, misericordia Señor.” Y este testigo dijo: “ Verbun caro factum est”, admirado del suceso. Fue a la calle en busca de gente para que lo viesen y fue a casa de don Alvaro Guerra de Bolaños, que vive pared en medio de la testigo para que fuese a ver este prodigio, y ambos dos vinieron a gran prisa para ver a la niña, la cual todavía estaba forcejeando con los mismos movimientos de piernas y brazos, y gorjeando con la lengua, y la cara muy roja… y así estuvo de esta forma más de medio cuarto de hora hasta que se fue apaciguando, se quietó y se quedó como antes de que le diese dicho accidente”.


Lo que relata este texto, en otras palabras, es el caso de la conocida “Niña Endemoniada”. Retrocedemos hasta 1671, allí nos encontramos con un bebé de origen portugués de tan solo tres meses de edad, Antonia Batista. Estando una tarde noche de septiembre en casa tumbada en su capazo y en presencia de su madre y varios testigos, la niña cogió un berrinche sobrenatural que la hace agitar con gran violencia manos y piernas y ponerse muy colorada, acto seguido exclama con voz gruesa y grave: DOMUS, AUSTRIACA, CONTERET, CAPUT, TUUM en castellano podríamos traducirlo algo así como “Casa de Austria enloquece tu cabeza” o la “Casa de Austria enloquece”.


Rápidamente corrió por el pueblo esta insólita historia que fue tomada por los vecinos como un mal presagio, pues por todos era conocido que en aquella época la Casa de Austria no pasaba por sus mejores momentos y Carlos II que tenía entonces diez años sería el último rey de la dinastía.


Posteriormente, durante las investigaciones realizadas, la madre de Antonia, reconoció que ésta llegó a llorar en su vientre estando embarazada, algo que en la época se asociaba con una maldición del diablo, la tradición popular decía que la criatura que naciera podría presagiar el futuro, lo que significaba que sería tomada por bruja.


Pero el contenido del insólito expediente no queda aquí, ya que tenía algunas hojas añadidas, escritas probablemente en el Siglo XIX, en las que se deja constancia de otro hecho paranormal muy cercano en el tiempo:


Unos años antes que Antonia hablara latín, la noche del 22 de agosto de 1665, en torno a las once de la noche las campanas de la ermita de Nuestra Señora de La Coronada comenzaron a doblar solas.


Esta fue la declaración hecha ante el tribunal por el alguacil de la villa José Antonio Lechón:


“Yendo este testigo el día veintidós de agosto del pasado mil y seiscientos sesenta y cinco, a cosa de las once de la noche , poco más o menos, en compañía de su merced don Alvaro Gutiérrez Blanco, alcalde ordinario de la villa de aquel año, llegando al final de la calle del Aceituno que salía al egido de la ermita de Nuestra Señora de La Coronada, oyeron que una de las campanas de dicha ermita dio una campada, y este testigo y su merced fueron a dicha ermita que está extramuros de la villa.
 Yendo a dar a ella sonó otra campanada, y habiendo todos juntos llegado vieron que las puertas que tiene estaban cerradas y se comprobó que no había persona alguna en el interior de la ermita…”


Parecer ser que Álvaro Gutiérrez junto a otras personas entraron en la ermita, intentando sorprender a la persona que andaba tocando las campanas sin motivo alguno, por más que buscaron en el templo no encontraron a nadie, algo que les inquietó sobremanera y huyeron rápidamente. Posteriormente supimos que esa misma noche falleció Felipe IV, padre de Carlos II, el Hechizado, que como ya hemos comentado sería el último rey Austria.


Actualmente no se sabe con certeza lo que ocurrió con Antonia y su madre, no aparecen en los libros de defunción de la iglesia ni en los documentos del archivo municipal, quizá tras este hecho paranormal se las quisiera borrar de la historia. No obstante algunas teorías aseguran que fueron encerradas en un convento de clausura, que se las aisló para siempre ó que fueron brutalmente asesinadas quemándolas o emparedándolas vivas.


Investigaciones posteriores fecharon la inscripción “Fenómenos Paranormales” junto a la documentación que contenía el misterio del toque de campanas en el siglo XIX, todo hace pensar que un archivero de aquella época encontró aquella información pero por algún motivo se decidió mantener en el olvido.
Pero… ¿Cómo es posible que un bebé de tan solo 3 meses pueda hablar latín?


Para los expertos en parapsicología este fenómeno se ha dado varias veces en la historia, sobre todo en posesiones diabólicas y se le conoce como xenoglosia, que no es más que la habilidad temporal que presenta una persona para hablar lenguas muertas o desconocidas.

Fuente: Extremadura Misteriosa / José Manuel Frias
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