Cuando hablamos de sirenas nos solemos referir a esas mitológicas criaturas que habitan en mares y océanos y que se caracterizan por ser un híbrido mitad mujer - mitad pez: en su torso superior lucen como una bella mujer de pelo largo y frondoso y de la cintura para abajo, poseen el cuerpo de un pez. Su imagen más popular la visualizamos sentada en una roca, admirando su belleza frente a un espejo.
Existen muchas leyendas y testimonios a cerca de estas ninfas, la mayor parte de ellas contadas por marineros y pescadores desde hace más de 2.000 años. Sobre la naturaleza de estos míticos seres cuentan que a pesar de que algunas sirenas eran criaturas bondadosas y concedían deseos a los marineros que las ayudaban, en la mayor parte de las ocasiones las crónicas nos indican que eran presagio de mala suerte. Estas criaturas encantaban a los capitanes de las embarcaciones a través de melódicas canciones atrayendo sus embarcaciones hasta las rocas donde terminaban hechas pedazos o encallando en el mejor de los casos.
Pero los relatos no sitúan únicamente a las sirenas en mares y océanos, también cuentan que habitan las aguas dulces de nuestros ríos y pantanos. Un ejemplo de ello es la leyenda que habla de una sirena que moraba en las mansas aguas del río Guadiana junto a la actual Villanueva de la Serena, a esta mitológica criatura la sitúan entre la tabla de Tamborríos y el castillo de la Encomienda. Cuentan que esta sirena era una ninfa de exquisita belleza, con cuerpo de diosa, ojos verdes, larga cabellera castaña, tez blanca y brillantes escamas que poseía una dulce y melodiosa voz. A través de sus melodiosos cantos y su insólita hermosura atraía a los incautos mozos que terminaban ahogados en las aguas del río.
Dicen que como consecuencia de estas crónicas que sitúan a este fabuloso ser en dicho lugar acabó figurando esta criatura en el escudo de la ciudad, lo hace desde al menos 1.583. Existe otra versión sobre la presencia de la sirena en el escudo de la localidad que cuenta que este mitológico ser habría sido traído como parte de un botín, por los navegantes villanovenses que en el siglo XVI siguieron los pasos de Pedro de Valdivia y Hernán Cortés rumbo hacia las Américas.
Del actual nombre de la ciudad, Villanueva de la Serena, tenemos constancia desde el 10 de mayo de 1423, fecha anterior a la aparición de la sirena en su escudo. Y aunque evidentemente es poco probable y las fechas indican todo lo contrario existen personas que piensan que el nombre original de la ciudad debió ser Villanueva de la Sirena y que finalmente, una variación léxica fruto del paso del tiempo pudo dar lugar al actual nombre de la ciudad y la comarca: Villanueva de la Serena y La Serena.
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