El 29 de febrero de 1920, estaban los hermanos Jesús y Victoriano Rodríguez excavando y extrayendo tierra para convertirla en tejas, se encontraban en el paraje conocido como "El Ejido" cerca de Aliseda, cuando de repente uno de ellos vio algo en el suelo que le llamó poderosamente la atención, era una pieza de oro… no hizo falta que excavaran mucho más para que salieran a la luz bastantes más objetos fabricados con metales preciosos.
Emocionados con tal hallazgo deciden vender las alhajas, cogen un tren en dirección a Cáceres e intentan negociar su venta en varias joyerías de la capital entre la que se encuentra la Joyería Gijón, pero todas se niegan a comprárselas pensando que son joyas robadas. Levantan sospechas al pasearse por tantas joyerías con tal tesoro y alguien los denuncia, lo que les conduce a prestar declaración ante la policía, tras confesarlo todo quedan en libertad. El gobierno incauta el hallazgo, pero antes lo tasa y les entrega la mitad de su valor a sus descubridores.
Seguramente cuando los hermanos Rodríguez hallaron las alhajas no fueran conscientes del gran tesoro que habían encontrado, uno de los más importantes hallado en la Península Ibérica.
El conocido como “Tesoro de Aliseda” es uno de los principales iconos de la orfebrería orientalizante peninsular, está compuesto por un conjunto de refinadas joyas de oro y plata, trabajadas principalmente mediante la técnica de la filigrana y el cincelado. Todo parece indicar que se trata de un antiguo ajuar tartésico de la Edad de Hierro, (siglo VII a. C.) y hay quien piensa que, este ajuar que probablemente perteneciese a una dama, podría estar incluso fabricado en oriente.
El tesoro está compuesto por un conjunto de joyas, entre las que destacan: una diadema, un collar, un pendiente, una pulsera, dos anillos, un cinturón y así hasta 354 piezas, la mayor parte de ellas de oro y algunas fabricadas en plata.
Tesoro de Aliseda
Años posteriores, cuentan que bastantes alisedanos se dedicaron a excavar a la luz de la luna en las zonas limítrofes a donde fue hallado el tesoro, creyendo que si se había encontrado el ajuar de la dama ellos podrían encontrar las alhajas del caballero.
Existe una leyenda al respecto y es que cuatro años antes de haber sido encontrado el tesoro, en 1916, la mujer de un ciudadano portugués llamado Manoel Da Silva soñó en tres ocasiones con un gran tesoro oculto en esta localidad cacereña, por lo que el luso se pasó varios días excavando en el terreno sin llegar jamás a encontrar nada. |
Actualmente todas estas joyas se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, aunque en Aliseda se puede ver una reproducción de las mismas.
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