La ventana del diablo

Cuenta la leyenda que, en el siglo XV, estándose construyendo en Garrovillas de Alconetar, la iglesia de San Pedro, quiso el diablo husmear lo que en su interior estaba ocurriendo y se asomó a una de las ventanas situada en la parte superior del ábside.  Pero el omnipresente Dios, que todo lo ve, quiso castigar su curiosidad y cerró rápidamente las paredes, aprisionando al demonio entre sus muros.

Desde entonces los glúteos, piernas y rabo de Satán quedaron fuera del templo y la cabeza, con sus cuernos de carnero dentro, actualmente la cabeza con los cuernos no pueden verse por encontrarse situados detrás del retablo renacentista del presbiterio.

El párroco del pueblo, Nicolás Rivero, no está de acuerdo con lo que cuenta la leyenda y afirma que la escultura, lejos de representar al diablo, es el símbolo de uno de los cuatro evangelistas. Vaticinaba que si la cabeza oculta tras el presbiterio era de toro, sería una representación de Lucas, si fuese de hombre, sería Mateo, si era la cabeza de un águila sería Juan, en cambio si fuera de león, entonces estaríamos hablando de Marcos.

El misterio se resolvió durante unas obras en el templo, cuando al retirar el retablo del presbiterio pudieron ver la parte frontal de la escultura, era la cabeza de un león, por lo tanto para el sacerdote es la representación de San Marcos no del diablo.

En cualquier caso, el pueblo y la leyenda continúa hablando de “El culo del diablo”

gravatar

0 Comentarios

Deja tu comentario