El tesoro de la Casa de los Cohen

En el siglo XIV, Cáceres estuvo habitada por varias familias hebreas del linaje de los Cohen. Esta alcurnia acomodada acogió a personas de relevante prestigio como el sastre Moshé Cohen o el rabino Sergas Cohen. A alguna familia de este linaje perteneció en aquellos años la llamada Casa de los Trucos o Palacio de los Galarza. Otra parte de los Cohen se dedicó a la industria y el comercio textil y fue una de ellas la que levantó la casona situada en la actual Plaza de Publio Hurtado, hablamos de la “Casa del Tesoro”. En 1492 los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de España y esta familia como muchas otras, tuvieron que abandonar el país, Muchos de estos judíos expulsados terminaron exiliados en Portugal ó el norte de África. Cuenta la leyenda que pensando seguramente en que algún día regresarían escondieron sus riquezas en esta casa, pero su vuelta jamás se produjo y el tiempo se encargó de crear esta leyenda en torno a la casa y al tesoro.

Posteriormente este edificio fue reconvertido en carbonería hasta que en el siglo XVI, fue adquirido por la Duquesa de Fernán Núñez, quien decidió construirse una mansión sobre los muros de la antigua carbonería, en la entonces Plazuela de las Piñuelas Altas.

En el siglo XIX (unos hablan de 1870 y otros de 1881) esta mansión señorial es comprada por el insigne investigador cacereño Publio Hurtado por la nada despreciable cantidad de 40.000 reales. En ella vivió hasta su muerte en 1929. Posteriormente sus descendientes continuaron habitándola hasta los años 60 del pasado siglo.

En 1991 el Ayuntamiento de Cáceres compró este edificio convirtiéndolo en las actuales dependencias municipales.

Durante los años en los que vivió aquí la familia Hurtado varios objetos fueron descubiertos en una estancia oculta, el hallazgo correspondería a varias telas de seda que se deshicieron tras el contacto humano. Estos hechos no hicieron más que alimentar aún más la leyenda del tesoro, un tesoro intelectual y material. No son pocas las personas que durante años han buscado sin éxito esta fortuna. Según cuenta la leyenda el tesoro estaría formado por documentos en hebreo, telas de seda y dos cántaros con una gran cantidad de dinero y permanecería oculto en una galería subterránea que atravesaría el subsuelo de la casa y que conduciría desde la zona amurallada hasta la Plaza de Italia.

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