El Chancas de Acero

En este pasado siglo XX, no han sido pocas las alquerías hurdanas donde han afirmado ver a un extraño humanoide de aspecto robótico que arrastraba su cuerpo metálico lentamente por la noche. Los escenarios de estas espectrales visiones han sido los alrededores de las poblaciones de Aceitunilla, Casar de Palomero o Asegur, Carabusino, la Horcajada y Cambroncino

Todas las descripciones que se dan de este extraño ser son muy parecidas. Suele aparecer precedido por un destello de luz y por el sonido que produce un objeto metálico arrastrándose por el suelo. En ese momento aparece un enigmático humanoide que sobrepasa los dos metros de altura, de aspecto robótico con gruesas piernas de metal y que camina dando zancadas muy torpemente y arrastrándose de de forma cansina. Se presenta totalmente cubierto por lo que parece ser un traje o armadura metalizada, con cinturón y hebilla centelleantes. Muchos son los hurdanos que lo han descrito como un antiguo soldado de la I Guerra Mundial que parece haberse perdido por los montes.

La primera aparición de la que se tiene constancia se produjo en Casar de Palomero y testigo de ella fueron las ancianas Teresa Iglesias Rubio y María Cruz Vizcaya, allá por los años treinta del pasado siglo XX.

Posteriormente en mayo de 1939 en la alquería de La Horcajada también fue visto, concretamente lo divisó la vecina Adelaida Rubio.

Tras aparecerse en La Horcajada, unos meses más tarde, un ser idéntico fue avistado en las cercanas poblaciones de Carabusino, Aceitunilla y Cambroncino.

En la pequeña alquería hurdana de Asegur, según el testimonio de Consuelo Rubio Remigio, cierta noche de hace ya unos años sus padres, Juan Rubio y Rosa Remigio fueron a regar un pequeño huerto a las afueras del pueblo, donde plantaban algunas patatas y verduras. No hicieron nada más que llegar cuando empezaron a oir unos ruidos muy extraños, como si arrastraran cadenas o llaves por el suelo. De pronto Rosa comenzó a asustarse y gritó a su marido “¡Juan!, ¡Juan!, ¡Juan!” Muertos de miedo corrieron a refugiarse a otro huerto cercano y pasados unos minutos, desde allí, divisaron una figura que emitía unas luces centelleantes y que se dirigía hacia Asegur, el ruido parecía producirlo él con su cansino andar. Al desaparecer la extraña figura, el extraño sonido metálico se fue alejando hacia la alquería. A pesar de ello, ellos, muy asustados se mantuvieron toda la noche allí escondidos.

La última aparición de este siniestro ser, de la que se tiene constancia, se produjo en la comarca en octubre de 1968.
Fuente: El Paraíso Maldito / Iker Jimenez
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1 Comentarios

  • Jornalero April 05, 2017 reply

    Me intriga mucho esta historia. Me fascina como la gente, de aquellos tiempos, relacionaba las piernas metálicas con "chanclas" Kudos y gran leyenda

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