El Cementerio viejo de Talaván y la ermita del Santo Cristo

El origen del cementerio viejo de Talaván se halla en la Ermita del Cristo del Egido, más popularmente conocida como del Santo Cristo. Sin apenas documentación sobre el templo todo parece indicar que fue levantado sobre finales del siglo XVI o comienzos del XVII. Construida bajo las directrices del Barroco, con mampostería de piedra y pizarra fue fabricado de manera humilde y tradicional, se diseñó de una sola nave con cubierta a dos aguas, a la que se uniría un presbiterio de planta hexagonal irregular. El ábside estaría comunicado con una sacristía, probablemente añadida años después, dos únicos vanos a los pies del templo serían los que permitirían dar entrada a la luz.

Sabemos, a través de un documento público, que en 1.790 ya se encontraba en ruinas. Posteriormente, con las medidas desamortizadoras del siglo XIX el edificio pasó a manos del ayuntamiento, que decidió usar las dependencias situadas junto al presbiterio de la capilla como cementerio municipal.

Esta  necrópolis se mantuvo operativa hasta la inauguración del actual camposanto en 1.928, quedando desde entonces en completo desuso, abandono y ruina.

El cementerio y la capilla es hoy en día un misterioso y siniestro lugar, devorado por la vegetación y convertido en un vertedero, en el cementerio encontramos algunos restos de lo que antaño fueron nichos y pequeñas criptas, estando muchos de ellos profanados, en alguno incluso se pueden ver aún algunos restos humanos. La mayor parte de las techumbres, a excepción de la del presbiterio y parte de los muros, se han perdido, arrastrando consigo los esgrafiados que sustentaban.

Atravesando la pequeña selva entre las tumbas y una higuera, un viejo arco nos da acceso a la cripta de la Capilla del Santo Cristo, de ella hoy día sólo permanece en pie su abovedamiento semiesférico. En el exterior se encuentra rematada con una aguda pirámide maciza de ladrillo.

Esta bóveda esconde un misterioso secreto hoy en peligro de extinción: Unas misteriosas pinturas murales representan a unos seres enigmáticos que parecen ser mitad ángeles- mitad demonios ó quizás almas del purgatorio ó condenadas al infierno.

De mirada hipnótica, una veintena de figuras aladas son representadas con caras horribles, dientes afilados y coronadas con un extraño gorro, una especie de San Benito, mitad festivo, mitad burlesco.

Varios nombres se le han dado a estos seres de desconocido origen: “Ángeles malos de Talaván”, los “Ángeles terroríficos de Talaván”, los “Condenados”, “Los Reprobos de Talaván”…

La única pista que poseemos sobre su origen es la inscripción en latín que figura en la bóveda:

“OBLATVS ET QVIA IPSE VOLVIT. ET PECCATA NOSTRA IPSE. PORTAVIT. ESAIE. 53. MARZO.15 DE 1628 AÑOS”.

Que podríamos traducir como:

Fue ofrecido porque él lo quiso. Y él cargó con nuestros pecados. Isaías 53. 15 de marzo de 1628.

Hoy en día, resulta difícil descifrar el mensaje, la lectura que se ha realizado nos indica que podrían tratarse de unos entes espirituales (almas), representados con unas alas, el aspecto terrorífico de sus caras y dientes quizá nos señale que nos encontramos ante seres que tienen como destino al infierno, la metáfora visual sería complementada por el gorro y la leyenda bíblica de Isaías que parece reprocharles su total desprecio al sacrificio de Cristo.

En el cementerio, lo que fuera la nave del templo, y junto a los nichos profanados, también se conservan extrañas y misteriosas representaciones antropomorfas:

Un medallón representa a un enigmático personaje masculino de espeluznante mirada, tocado con un bombín, con bigote retorcido y perilla y ciertos rasgos felinos.

Sustentando otros medallones que representan figuras humanas de hipnótica mirada nos encontramos a unos misteriosos personajes portadores de naturaleza fantástica e híbrida, estos seres son representados con alas y cola vegetal, aún se pueden contemplar tres de los doce medallones que se cree que tenía la capilla.

Actualmente, debido a las inclemencias meteorológicas, la ermita del Santo Cristo, el cementerio y los famosos Ángeles se encuentran en estado de ruina y corren peligro de derrumbarse de un momento a otro. En 2.013 se lanzó una campaña denominada "Salvemos a los condenados de Talaván", en pro de su estudio y conservación

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